Lo que los gatos maullan...

sábado, 13 de octubre de 2012

Por ella.

Yo no soy de las personas que se lastiman cuando están tristes, yo nunca me he podido flagelar los brazos.

Yo voy un poco más lejos.

Yo soy de las personas que se destruyen.

Me destruyo moralmente. Todo lo que levanté lo derrumbo y no dejo huella de su existencia. Hago cosas que creo que están mal, cosas que sólo sé yo en mi soledad y en la oscuridad de mi cuarto. Cosas que nadie sabe que hago, que nadie podría creer que hago, esas son mis navajas y me rebano el alma.

¿Por que? Porque así la gente no las ve. Y sólo yo sé que hice mal, y me reprimo segundo a segundo, gritándome mentalmente. Me castigo y solo yo lo sé.

Tengo miedo de morir sola.

Esa es la única verdad.

Tengo miedo de morir, porque he desperdiciado mucho tiempo, he mentido demasiado.

Tengo miedo.

Al admitirlo mi alma se siente más ligera, y yo me siento un poco más humana, las lágrimas caen por mis mejillas y siento el cambio de temperatura.

Escribo esta entrada mientras lloro sola en la sala.

Me pides que no me vaya, pero donde estás tú. Soy la única que se esfuerza para no estar sola, y creo tener una compañía segura, pero no es así. Tu no estás aquí ¿es que acaso nunca lo estuviste?

Ni un mensaje... ni un solo mensaje desde que te dije que me recluiría en mi casa.

Muchas personas me buscaron ¿y por que tú no?

Eres mi mejor amiga pero no estas conmigo, entonces no me pidas que me quede.

Es solo que, puse demasiadas esperanzas en ti, es solo que te hice mi mundo y no hacía nada sin consultártelo primero, pero tu siempre estuviste un paso adelante, un paso fuera de esta relación. 

Siempre me pregunté que le dijiste esa noche para que me dejara de hablar en un instante... y ahora me dejas tú, bajo un cielo nublado y enamorada. Sola y con el corazón roto...

Por ti y solo por ti. Creo que después de ella no había amado tanto a otro ser humano.

Tengo miedo de morir sola, de que me pasen cuenta del tiempo que he desperdiciado, pero lo sigo desperdiciando porque quier verte llegar y que me ayudes a levantar...

Ella murió.... Y con solo recordarla me muero de dolor. Mi tiempo se detuvo ese 31 de marzo. Mi vida se quedo en la habitación 436. Mis fuerzas para vivir se las trago esa luna roja.

No me he parado en su casa desde el funeral, no he visto a nadie, porque tengo miedo, tengo mucho miedo. Solo puedo llorar en silencio para no despertar a mi familia, solo puedo recordar su rostro tranquilo en sus últimos momentos, su rostro relajado, su piel un tanto fría, solo puedo vivir en los recuerdos.

Su amor, su compañía.

Me duele tanto que no este aquí...

Me duele tanto que me haya dejado, porque de la única que nunca dude fue de ella. Si ella decía que el cielo era morado, lo creía sin chistar, por eso cuando me decía que me quería, mi corazón lo sentía, por eso cuando me abrasaba me sentía amada, por eso cuando decía  que estaba orgullosa de mí yo salía a la vida por más, para que ella siguiera sonriendo.

Por ella yo era perfecta, por ella yo era lo que era, y ahora sin ella no soy.

Pero el mundo actúa como si ella siguiera aquí... Nadie me dio un pésame.

Porque nadie me abrazó y me dijo que todo iba a estar bien tuve que ser fuerte. Porque no tenía brazos que me sostuvieran, al final mi corazón no pudo con todo el dolor y se rompió, se detuvo... se congelo. Y yo morí. 

Así que no te sorprendas cuando te des cuenta que no soy la Cori que conociste. Mi cabello es más corto, mis manos son más frías, mi humor más amargo, mis ojos más vacíos  mi corazón mas cruel. 

Disculpa si no te hago reír  Disculpa si no sonrío. Disculpa si no te abrazo. Disculpa si no te amo. No tengo nada que entregar porque se lo dí todo a ella. Solo quedo yo y mi miedo, y si no quisiste estár conmigo cuando era feliz, menos querrás quedarte ahora que soy cruel..

Porque si no me importa que mi familia se destruya ante mí. Si no me inmuto cuando mi padre arremete contra mí con la mano en alto. No me importará lo que tú sientas , no me inmutaré ante ti...

Yo sigo aquí en la noche. Sigo tomando mi leche caliente antes de dormir, abrazando mi oso de peluche para no sentirme sola, sigo cobijandome con mi mantita, encendiendo mi lampa de cerdito porque le temo a la oscuridad.

Yo sigo aquí llorando por ti hasta quedarme dormida.

 Yo sigo aquí, sintiendome vacía.