Lo que los gatos maullan...

miércoles, 13 de febrero de 2013

De pronto las ganas de vivir.

Era una noche como cualquier otra y la más extraña al mismo tiempo, yo estaba vagando por Internet cuando de pronto me llega un mensaje que ponía: ya se acerca tu cumple! Seguí la platica por un momento, daba la extraña coincidencia que había pensado lo mismo un poco más temprano, perturbandome por la idea de que tendré 22 inviernos pronto.

Después de la pequeña charla me dí cuenta de que ya había pasado casi un año desde esa fatídico 30 de marzo, y que en ese tiempo yo había madurado, pesaron muchas cosas entre el luto y la destrucción, entre la espera y la vida.

Ya ha pasado casi un año y yo sigo aquí, en la tierra que una vez habitaste, que habitamos todos, la tierra que me vio llorar, bajo el cielo que me vio quebrarme ante la cruda fuerza de la realidad y tu muerte.

Mi cabello ya creció, mi corazón late otra vez, las heridas están sanadas, y el amor recorre nuevamente mi alma.

Y por el amor que te tengo, por el amor que me diste. Ahora yo quiero vivir.


Nosotros después de eso.

No podemos estar siempre bien, de otro modo no maduraríamos. Las lecciones, algunas veces, tiene que doler para que las entendamos y conservemos. Las cicatrices son el orgullo de una batalla, que nos destrozó, pero no nos mató. La vida es mucho más complicada que morir de amor o de soledad.

La vida es levantarnos, no importa cuanto nos tomé, lo que importa es que al levantarnos podamos mirar el cielo y ver su verdadero color e inmensidad y descubrir que nuestros problemas son pequeñeces en el universo, y que nuestro dolor, no importa porque sea, es nuestro y tenemos derecho a sentirlo y él tiene derecho a destruirnos para que podamos ser mejores.

No sé porque te sientas mal, pero todo va a pasar eventualmente, aunque creas que es eterno, recuerda, la eternidad no existe, ni en tiempo ni en materia.
Escribe para que perdure y mañana puedas decir: mi tormenta ya pasó, pero aprendí. Y cuando te sientas abatido relee tú tormento y recuerda que estás en tú lugar, porque recorriste un camino, porque viviste y porque ese es el lugar por el que luchaste, es tuyo y nadie te lo quitará.

Puedes perder todo, pero no te pierdas a ti misma. 

Supera la vida. Yo creo que si no la superas, realmente nunca la vivirás, al menos desde mi punto de vista debes poder vivir con ella sin remordimientos ni cadenas, debes aprender a superar las situaciones. Te equivocaste es verdad, te dolió es verdad, pero también ganaste, llegaste lejos,a donde nadie llego, solo debes poner un equilibrio. Suena complicado lo sé. 

A mí me tomo cerca de un año, uno en el que me encerré en casa, en mi cuarto, en el que lo único que podía hacer era llorar, era lastimarme de todas las formas posibles, castigarme por un error, estaba casi sola (porque algunos se quedaron a mi lado en ese dolor), pero superé la vida, me supere a mi misma.

Para vivir la vida debes tener paz interior, y antes de tener paz debes estar lleno de caos, pero llegará esa epifanía, llegará cuando la tormenta más ruido haga, cuando ya no puedas caer más bajo, cuando creas que nunca terminará, entonces cuando ya no tengas nada que perder, podrás ganarlo todo.

Esta experiencia es difícil de explicar, las epifanías son cosas muy personales, y espero que tu encuentras la paz interior de un modo más sencillo.

Como puedes ver, la vida es más  complicada que morir de amor o soledad, pero algún día todos seremos mariposas volando en el cielo, en mi caso, por ahora me gusta ser un gato en el tejado amando la luna y cantándole  a los grandes azules.


La última entrada: 17 de junio de 2012.

Exámenes que me he aturdido un poco. 

Me siento mal porque porque fallé y no habrá segunda oportunidad.


Problemas que me están devorando.



Silencios me están ensordeciendo.

Abrazos que ya no existen.



Compañías que ya no están... que se evaporaron.

Dolores que me mataron.


Sueños. 



Recuerdos. 


Dolor. 



Alegría. 


Frío. 

Calor. 





Toda acción lleva una consecuencia... y esta es la mía.



Esa es la última entrada en mi diario. Desde ese día me puse en pausa, el mundo seguía girando, pero yo no giraba a su ritmo. Giraba en los recuerdos, en los sueños que una vez tuve, en lo que creía conocer... en lo que creía ser.




sábado, 9 de febrero de 2013

Primer amor



La sinceridad de los sentimientos manchó nuestras almas y no lo soportamos, era más de lo que podíamos cargar, pero nosotros lo habíamos buscado. En esos días en que mis manos eran fuertes, pero mis rodillas débiles. En esos días en los que te amé y tú me amaste. 



Por esos días en los que parecía que el Sol nunca se iba a ocultar, en los que parecía que nuestro horizonte brillaba con intensidad y lo único que podíamos hacer era sonreír ante esa cálida luz. Yo te recuerdo plenamente (como si aún estuvieras a mi lado), yo te recuerdo de un sueño (uno que terminó muy pronto).

Todo era perfecto. Era el mejor momento para vivir, pero queríamos más y en la búsqueda nos perdimos. 
No podíamos esperar... pero el tiempo tampoco se detuvo. Nos quemamos en nuestra calidez. Nos cegamos ante ese Sol deslumbrante. Nos matamos de tanto amar. Nos destruimos en nuestros abrazos. 

Esos días ya están muy distantes.Y ahora que ya nada nos queda, que ni el recuerdo nos salva, ahora es momento de volver a levantar la mirada, ya no hay luz que nos ciegue, ya podemos caminar. 

Sobre mi hay un cielo que conozco y se extiende sin fin, y al mismo tiempo es un cielo que nunca he visto, un cielo que me duele.