Lo que los gatos maullan...

miércoles, 21 de septiembre de 2016

No te crezcas en dolor


Con las últimas entradas me quedé pensando respecto a mi resignación de esa relación conflictuosa y quisiera aclarar algo, en alguna entrada lo dije, sobre el espacio que necesitan las cosas para crecer y el respeto que debes tenerte a ti mismo.

Debemos respetar los sentimientos de los otros como los propios. No te justifiques, está bien si te duele, no hay nada que hacer si te sientes de eso modo, excepto, darle la oportunidad de existir para aprender de ello. Porque así es como te sientes, no te justifiques, no te avergüences.
A estas alturas debe parecer que me resigne a una mala relación y la alimento por gusto. Pero no. Es porque la conozco que la acepto.

Esto es complicado.

Es porque conozco a esta persona y entiendo lo que significa la vida para él, como se comunica con otros y consigo mismo. Es porque también conozco como me hace sentir. Y dentro de ese conocimiento soy capaz de poner límites. No le permito faltarme el respeto de ningún modo, y procuro comunicarme correctamente.

Sin embargo, duele. Porque lo entiendo.

Entiendo que no puede corresponder mis sentimientos, que no importa lo que haga, no lo voy a alcanzar como quiero. Supongo que es porque lo quiero que atesoro todo lo que me da, el dolor del rechazo también, porque al final de cuentas todo es un proceso, y aceptar que no estamos mirando el mismo horizonte con las mismas intenciones puede ser un poco duro.

Dale el espacio al amor para crecer, no lo encierres.
Dale el espacio al dolor para que se extinga, no lo niegues.
No soy masoquista no, solo me gusta sentir cada fibra de sentimiento.





sábado, 17 de septiembre de 2016

Sobre la vida y el amor no correspondido

Hablando sobre vivir plenamente, ya les he contado sobre el amor. El amor que tengo ahora no es correspondido como me gustaría… y a estas alturas no sé siquiera si lo es de algún modo.

Y la verdad ante la idea del rechazo, me he estado mintiendo a mí misma sobre mis emociones, he dicho que no lo quiero de ese modo, pero me duele el pecho cuando sé que no me mira a mí, así que irremediablemente tuve que aceptar la verdad… y el rechazo.

Supongo que él se dio cuenta de que estaba mirando hacia otro lado.

Yo dije amor y él dijo amistad.


Entonces, con cosas muy sutiles para ayudarme a poner los pies en la tierra, y aunque dolió, cumplieron. Pero, el corazón no es tan fácil.

¿Cómo olvido el amor cuando convivo con el todos los días?

A él, lo miro siempre, y el amor se aferra más. No es la esperanza de que me quiera a mi algún día, no, esa ya murió, me queda claro que jamás seré lo que él quiere. Pero no importa cuánto duela, mi corazón se acelera cuando dice mi nombre, sonrió cuando alza su mano entre la multitud y me saluda, a mí.

¿Cómo hago para que su sonrisa no detenga el tiempo?
¿Cómo hago para no sobresaltarme cuando me toca?
¿Cómo hago para dejar de quererlo así?

Me di cuenta con el diario, que ya llevo una temporada así. Con la agonía de no ser yo y la felicidad al mismo tiempo de poder compartir algunos días con él.

Y aunque me di cuenta de que no tengo cabida en su vida, miro que me he aferrado tanto a él, que en la mía, por donde vea hay algo que nos une. Entonces, como dicen por ahí… Yo solo me eché la soga al cuello… y lo más triste es que aunque sea doloroso, me gusta pensar que hay algo que solo nosotros compartimos. Con nadie más, solo conmigo.


¿Eso me hace masoquista… o “algo es algo,  mejor que nada”?


Vivir

Una de las medidas de las terapias fue comenzar un diario. Me ha ayudado bastante, pero también ha tenido un efecto secundario para este blog, que inicialmente comenzó como un medio de “desahogo”, puesto que el fin del diario es tener donde expresarme y al mismo tiempo crear un historial para conocerme, ha suplido por completo al blog.

La idea del diario es muy buena, y no pienso dejarla, ahora forma parte de mis hábitos, y aunque inicialmente no era muy frecuente en este blog, tampoco solía dejarlo tanto tiempo. Debo reconocer muchas cosas de mi persona que ahora comprendo por medio del diario.

Esta entrada comenzó porque extraño el blog, pero justo ahora no tengo nada nuevo que contar. Excepto que después de un tormentoso periodo, comenzó a ver la luz, a sentar cabeza y madurar, a mirarme al espejo y conocerme.

Aún cometo los mismos errores, pero ahora no los niego, ahora aprendo de ellos. He comenzado una de mis metas desde hace tiempo, preocuparme por mí y sentirme satisfecha con ellos. Es un poco pesado de pronto, y no niego que me detengo, pero siempre vuelvo a avanzar.

Hoy quiero decirles que estoy bien.

Por primera vez en un mucho tiempo, puedo decir de manera sincera: estoy viviendo plenamente.
Y se siente bien. A veces lloro, a veces río, a veces recuerdo y otras olvidó, pero siempre, siempre cumplo mis expectativas.

Yo, no quiero vivir con arrepentimientos. No quiero irme insatisfecha. Prefiero irme destrozada porque viví a intacta porque solo observe. Muchas veces me cuesta respirar, en esos momentos me detengo y hago una gran exhalación, entonces miró todo lo que tengo que hacer aún. Me asusto, me desespero, cierro los ojos un momento y pienso: -con un paso a la vez, con un paso a la vez basta. Y temblorosamente, inicio el andar una vez más, paso a paso, hasta que agarro ritmo, las veces que sea necesario, está bien a veces sentirse insegura, está bien detenerse a mirar lo que nos deviene.


Porque el mundo es muy grande para comérselo con una mordida. Y aquí vamos otra vez. Las veces que sea necesario. Y vivir así me gusta. 

Somos lo que nos permitimos ser.