Lo que los gatos maullan...

sábado, 3 de marzo de 2018

Después de un año, la vida.

Sí soy muy sincera, ni siquiera recordé el blog en este año. Y saben que lo mio nunca ha sido tan continuo. Me gustaría que eso cambiará y me voy a esforzar por ello.

¿Cómo comienzo?

Quise detenerme en ese año y disfrutarlo sin más, porque una etapa de mi vida terminaba: la universidad. Ese lugar al que llegue rota, desecha y perdida, hoy lo despido con mucho cariño, me ayudo a juntar mis piezas rotas, deseche las que ya no necesitaba, había algunas que sobraban y para las que no encontré, hice nuevas.

Debo reconocer que este año fue el mejor de mi vida, como un sueño, y no quisiera que terminará, sin embargo, estoy segura que con todo lo que me dejo, tendré años igual de hermosos, sé que es a muy grandes rasgos, pero aunque lo hubiera intentado en su momento no habría tenido palabras para describirlo, ahora que ya lo he ido asimilando un poco , comienzo poco a poco, a entenderlo, justo ahora que lo recuerdo me emociono y ardo y de eso se trata la vida, de lograr tantos recuerdos brillantes, para que en los tiempos oscuros tengamos una luz para el camino.

Por ahora, aunque es corto el saludo, lo dejo aquí, como aviso de que estoy viva, y tengo mucho que contar. 

Los recuerdos del cielo