Lo que los gatos maullan...

domingo, 13 de septiembre de 2015

Cinco meses de la vida

Ya sé, un largo tiempo. Cada vez que tenía la intención se sentarme a escribir algo pasaba.

Generalmente mis emociones eran muy turbias, de esas veces que no se lo que siento menos como expresarlo. 

Muchas cosas han cambiado, al mismo tiempo todo sigue igual.

Vivo en la misma casa, mi familia comienza a tomar sus caminos.
Voy a la misma escuela, tengo más amigos.
Amo a la misma persona, en su rechazo me gusta alguien más. 
La relación con mi mejor amigo es excelente, su trabajo lo absorbe y ya no pasamos tiempo juntos.

El tiempo pasa y no se detiene. 
Yo cambio y vuelvo a ser lo que era. 

Mis emociones siguen siendo explosivas y turbias, coloridas y apacas.

Todo ahora es más claro pero más ruidoso.

Me desilusiona y luego me ama.
Me ama y luego me olvida.
Me olvida y luego me abraza.
Y yo, siempre estoy esperando.

Pero ahora lo que espero no es que él me mire, espero que alguien me mire.

A él lo amo, como siempre.
Otro me gusta, en un sentimiento nuevo.

¿Cómo pasó esto?

Estoy cansada de esperar y de que sus manos fuertes no me sostengan.
Soy egoísta y quiero más, quiero ser el todo de una persona.

¿Por qué nos aferramos a personas que nos lastiman?
Porque la alegría que nos dan opaca el mismo dolor que queda.

Pero nada es para siempre, ni la felicidad ni el dolor.
Ni la espera.


Y ahora en vez de ser uno son dos.

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