Lo que los gatos maullan...

sábado, 23 de abril de 2011

Gato compulsivo

Mi cuarto es...
No es enorme como el cielo nocturno (o como cualquier cielo).
No es pequeño como un agujero de ratón (aunque me pregunto si esa comparación es correcta, las ratas se reproducen rápido por tanto deben haber muchas).
Es mediano, el tamaño justo para un gato perdido.

 El problema es que si entraras en el, te sentirías como un gato axfisiado...
Tengo muchas cosas, soy una coleccionadora compulsiva: latas, botellas, libretas, libros, bolígrafos, lapices, cajas de regalos de esas pequeñitas en las que se dan collares, anillos y aretes, piedras que guardo en frascos para que se luzcan, hojas...muchas hojas, con garabatos, con escritos mios sin sentido, con firmas mías (intentos porque al final de cuentas no tengo firma, siempre acabo escribiendo mi nombre, que no importan lo que digan nunca han podido falsificar, mi letras es bastante peculiar, bien dicen todo se parece al dueño).

No sé que más cosas tengo. Ya son tantas que cuando quiero acomodarlas me desespero de la cantidad, pero no me atrevo a tirar algo, me han dicho que es una enfermedad mental.
Tengo una tía que necesita terapias psiquiatricas, mi madre la acompaña a sus citas y el doctor le ha preguntado alguna  vez por mí, sobre si no quiero ir a platicar con él...

Eso siempre me ha hecho dudar de mi cordura, aunque para ser sinceros siempre he desconfiado de mi cordura...
También soy compradora compulsiva, no puedo estar con dinero, cosa rara, antes era muy ahorrativa y ordenada, tenía un horario y todo...todo desapareció.

Muy pocas personas saben que tuve una etapa muy fuerte de depresión, la verdad es que nunca me traté, en mi casa es tabú mencionar la depresión, concideran que como somos una familia "bien" no me puedo enfermar de eso, no tengo obligaciones ni estres, solo soy malcriada.

Malcriada....púes alguien me ha tenido que criar mal, y yo no he sido capaz de enderezar el camino.

Pero la verdad es que no me gustan los doctores, en general los hombres me dan miedo por un trauma de niñez, no me gusta que me toquen los hombres, intento ser ruda, la verdad es que aún me paralizo de miedo cuando me veo acorralada por uno.

Las cosas me aburren muy pronto. Ahí sé cuando quiero a alguien, ya que siempre he dudado de mi capacidad de querer (en realidad dudo de muchas cosas). Si esta persona se aleja de mí por un tiempo, pero yo no la olvido es importante para mí.O con el simple hecho de que no me aburra platicando con él. Pero la prueba más grande son los silencios, no me gusta estar en silencio, pero si puedo mantener uno con esta persona, seguro es importante para mi. Como Lord C.  Que por cierto ya regreso de vacaciones y me trajo arena, ya quiero verla, sentirla.

Mmmm....lo dejaré hasta aquí la verdad es que ya se ha extendido mucho y he perdido el hilo del asunto, debo practicar más mi escritura y concentración.


No importa que tan negro sea el día, una extraña felicidad se apodera de mi, la felicidad de estar viva.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Maúlla tú también. Maullemos todos juntos.