Lo que los gatos maullan...

martes, 20 de enero de 2015

Como el mar y catarsis.

Estos días no hago otra cosa que crear tormentas sobre un mar tranquilo.

La psicóloga dice que estoy obsesionada con el control. Y creo que es así, porque en algún punto deje de esforzarme, deje de tomar decisiones y me guié por lo que la gente quería que hiciera.

Cuando comencé a tomar decisiones, quedó una parte de mi que decía, que era más fácil obedecer, porque pensar por ti misma puede llevar a un fracaso que tendrás que asimilar.

Pero la vida es aburrida sino miras por ti, si solo sigues a los demás.

Yo era una persona muy gris, muy neutral que rara vez pensaba por mi bien. Pero entonces me enamoré. 

En una clase un profe nos dijo que existen varios tipos de amor, el verdadero y el egoísta.

Me doy cuenta de que este es amor verdadero, amo el mundo porque lo amo a él, amo a los demás porque lo amo a él, amo mi vida. Y de pronto me encuentro con que quiero brillar, porque el amor que siento es cálido y brillante en la oscuridad de lo que era.

Cuantas cosas me has dado, y tú ni siquiera te has dado cuenta. 

Estos días siento que todo transcurre demasiado rápido, que el mundo da vueltas sin control, el tiempo transcurre sin linea, a veces rápido a veces lento.

Estos días me cuesta escribir. Concentrarme.

Ahora lo veo claramente, veo lo que me obstruye: me veo a mi misma.

Es como si me hubiera hundido en un mar profundo y conforme me hundía, el entorno se iba haciendo más y más negro, la luz dejo de brillar en lo alto. A veces me cuesta respirar y sigo cayendo.

Y de pronto, estoy de pie, frente a mi. Me estoy encarando por primera vez en la vida. Y me pregunto cómo estoy. Mientras sonríe y nos miramos, me miro. 

La cualidad que me ha dado el amor hacia él, es el amor hacia mí. La aceptación de lo que soy, de lo que no soy, de lo quiero ser, lo que tengo que corregir y de lo que me tengo que enorgullecer.

Me alejo de lo que me hace daño, pero aún soy blanda, el cambio es reciente y me arrepiento, entonces me rió de mi misma, porque me detengo no porque quiera, sino por compasión hacia los que dejo atrás.

Yo ahora, por primera vez, vivo por mí.

Viví por mi, en el momento en que te amé.

Mientras escribo, me frustro, me detengo, lloro y luego catarsis.

Mientras sonríe y nos miramos, me miro. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Maúlla tú también. Maullemos todos juntos.