Con las últimas entradas me quedé
pensando respecto a mi resignación de esa relación conflictuosa y quisiera
aclarar algo, en alguna entrada lo dije, sobre el espacio que necesitan las
cosas para crecer y el respeto que debes tenerte a ti mismo.
Debemos respetar los sentimientos
de los otros como los propios. No te justifiques, está bien si te duele, no hay
nada que hacer si te sientes de eso modo, excepto, darle la oportunidad de
existir para aprender de ello. Porque así es como te sientes, no te
justifiques, no te avergüences.
A estas alturas debe parecer que
me resigne a una mala relación y la alimento por gusto. Pero no. Es porque la
conozco que la acepto.
Esto es complicado.
Es porque conozco a esta persona
y entiendo lo que significa la vida para él, como se comunica con otros y consigo
mismo. Es porque también conozco como me hace sentir. Y dentro de ese
conocimiento soy capaz de poner límites. No le permito faltarme el respeto de ningún
modo, y procuro comunicarme correctamente.
Sin embargo, duele. Porque lo
entiendo.
Entiendo que no puede corresponder
mis sentimientos, que no importa lo que haga, no lo voy a alcanzar como quiero.
Supongo que es porque lo quiero que atesoro todo lo que me da, el dolor del
rechazo también, porque al final de cuentas todo es un proceso, y aceptar que
no estamos mirando el mismo horizonte con las mismas intenciones puede ser un poco
duro.
Dale el espacio al amor para
crecer, no lo encierres.
Dale el espacio al dolor para que
se extinga, no lo niegues.
No soy masoquista no, solo me
gusta sentir cada fibra de sentimiento.
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